miércoles, 29 de enero de 2014

Un buen día.

Hola, hoy no vengo a contaros una historia larga sobre amor, ni sobre celos, ni verdades ni mentiras. No vengo a hablaros de nosotros, ni de ellos. No vengo a expresar sentimientos, ni a decir te quiero.Solo vengo a deciros, que hoy ha sido un buen día. No un buen día de estos que recuerdas siempre, deseando que vuelvan a ocurrir, no un buen día de estos que te dejan marca, no un buen día con razones. Solo y simplemente, a sido un buen día, que dentro de un tiempo, quedará en el olvido, guardado en un pequeño recoveco de nuestra mente, deseando volver a salir. ¿Por qué un buen día? Quizás pensemos que para que sea un buen día, debe estar lleno de momentos mágicos, risas, besos, te quieros, recuerdos. ¿Verdad? Pues nos equivocamos, los buenos días también son días normales. Días en los que es mejor sacarle una sonrisa al mundo, y esperar que no pase absolutamente nada, que sea un día normal. Como ya os he dicho, disfrutar de los 'buenos días' que nos da la vida. 

martes, 7 de enero de 2014

Superar sin olvidar.

Cuando eres adolescente crees haber encontrado al amor de tu vida, ese con quien aprendes a besar, aprendes a querer, a valorar, a reír, a llorar, aprendes a amar, aprendes tantas cosas, pero lo malo es cuando tienes que aprender a olvidar… Todo iba bien y de pronto por una u otra razón tu corazón está en pedazos, tienes dieciséis y ya conoces el dolor, la decepción, la desilusión. Lo que creíste que iba a ser la mejor etapa de tu vida se convierte en un tormento, a esa persona que amaste, ahora crees odiarla. ¿Qué ha pasado? Las mariposas se volvieron dolor de estómago, las sonrisas se vuelven lágrimas y los mensajes de buenas noches se convierten en insomnio. No estás sola, pero no ves a nadie contigo, a la única persona que quieres ahí, se ha ido, ya no está y no va a volver, te aferras a él y estás tan cegada que no te das cuenta que de nada va a servir… Pasan los días, los meses, y ahora ya eres capaz de fingir una sonrisa, de hacer como si nada pasara, pero sabes que en cuanto estés sola los recuerdos van a bombardearte y vas a terminar sin fuerzas, llorando en tu cama abrazando el peluche que aún tiene su olor, contemplando la primera foto juntos que guardabas debajo de la almohada, rota en dos por un arranque de coraje, y una cinta uniéndola con un aire de nostalgia. Maldices haberlo conocido, maldices cada momento juntos, cada sentimiento, cada mirada y cada mínima cosa que forma parte de su historia, los maldices pero sabes que en el fondo nunca vas a dejar de amar cada pequeño detalle. Es una guerra entre tu mente y tu corazón, un día lo odias, un día lo extrañas y al otro lo amas, parece ser un ciclo sin fin ¿no?. ¿Y qué ha sido de él? ¿Cómo estará? ¿Con quién estará? ¿Te habrá olvidado ya? ¿Será feliz? ¿Te recordará cada segundo como tu lo has echo desde aquel día que se fue? Una y mil preguntas rondan por tu cabeza a cada momento, preguntas que no puedes responder, ni siquiera eres capaz de hablarle por que sabes que cualquier mínimo contacto te hará caer de nuevo. Pasa un año su recuerdo sigue ahí, contigo, tus amigos saben tu dolor, tu sabes tu dolor y te niegas a seguir adelante, “yo lo voy a esperar, algún día va a volver” te repites una y otra vez, te lo has repetido por tanto tiempo que ya te resulta difícil creerlo, pero algo adentro de ti te pide no darte por vencida. Se han ido muchas oportunidades, muchos chicos lindos que te ofrecen todas las cosas que cualquier chica de tu edad se moriría por tener, pero ellos no son él, nadie es él. ¿Cómo harás para seguir adelante si en cada oportunidad que tienes buscas algo de él? Te niegas a escribir una nueva historia por esperar un continuará que tal vez nunca llegue. Pasa el tiempo y has crecido, has querido de nuevo pero sabes que nunca vas a amar a alguien como lo amaste a él, has logrado ser feliz pero cada fecha importante te recuerda a el, te preguntas como hubiera sido si siguiérais juntos, cuántos aniversarios habríais cumplido, cada detalle sigue en tu mente. No lo has olvidado, simplemente has aprendido a vivir sin él… Pero un día, un día normal mientras caminas volteas al frente y ahí está, después de tanto tiempo de no verlo, los dos han crecido pero lo reconocerías hasta a dos kilómetros de distancia, esos caminados son inconfundibles, una revolución comienza dentro de ti, él voltea, cruzan miradas, y te das cuenta que ninguno de tus esfuerzos por todo ese tiempo, ninguno ha valido la pena, porque estás temblando como la primera vez que lo viste, toda su historia se resume en imágenes que pasan rápidamente por tu cabeza, y es ahí cuando sabes que nunca vas a poder olvidarlo.


Ciento ochenta grados - Daniela Ramos

sábado, 4 de enero de 2014

Déjame dormir.

¿Sabes cuantas noches no duermo? Estás ahí, esperando; esperando a que cierre los ojos para meterte en mi mente, riéndote de mi. «No puedes olvidarme.» Te ríes. Me señalas. 

Abrazar a la almohada pensando que es otra persona, llorar en voz baja, que las lágrimas te ardan en los  ojos. Querer arrancarte el corazón y maldecir una y otra a la personas que consiguió entrar en él. Abrirlo, con promesas. Falsas promesas. «Venga, duerme.» Te ríes. Sal de mi cabeza. ¿Te importa? Algunas tenemos cosas mas importante en las que pensar. Pero, ¿Qué hay mas importante que pensar en ti? Y eso, cada noche. El sol de esconde a lo lejos y la luna, ya posada en lo alto del cielo me observa. Toda la noche despierta. ¿Qué haces? Sal de mi cabeza, joder, vamos. «Tu me dejaste entrar. » Te ríes. Vete de mis pensamientos. Quiero olvidarme de tus ojos, de tu pelo, de tu risa, de tu acento. De ti. Y cada lágrima, cada golpe, cada noche, cada raja, es por ti. La luna es testigo de lo nuestro. Solo vete de mis pensamientos esta noche. Tu me debes las horas de sueño que no he podido conciliar, y exijo que me pagues haciendo lo que en medio del insomnio, contigo he imaginado. No puedo parar de pensar en ti, me da la sensación de estar colocada. Es enfermo. 





Alguien.

¿A veces no quieres tener a alguien a tu lado a quien decirle cursiladas? Y que te devolviera palabras mas cursis todavía. Alguien que coger de la mano cuando andas por el parque, alguien que vaya a verte aunque este cansado, alguien a quien abrazar cuando tengas frío, alguien que se preocupe por ti, por como estás. Alguien que se quede despierto solo por hablar contigo, alguien que pensar en las canciones, alguien que te sueñe, alguien a quien dedicarle lágrimas. Esa persona que te imaginó en su pasado, te tenga en su presente, y te vea en su futuro. Alguien especial, del que enamorarse, alguien en que pensar. Alguien por que valga la pena cambiar, y aun así, no haga falta hacerlo. Poder confiar en él, confiarle tus más pequeños secretos, contarle tus grandes historias, que se de cuenta de tus defectos y que quiera cada uno de ellos. Alguien que mantenga tu mente ocupada toda la noche, y gran parte del día. Alguien a quien dedicarle suspiros. Alguien a quien querer, alguien a quien amar.Querer encontrar a esa persona que te complete, que te haga ser tú, que te llene. Que te de amor y devolvérselo tu en pequeñas dosis de besos. Que cada caricia, cada abrazo, cada roce te haga sentir algo nuevo. Alguien que esté contigo ante todo, que te proteja del mundo.Esa persona está ahí, pero, ¿Donde? ¿Me estará buscando ella a mí?